15/8/13

Somos niños, adultos, humanos...


La gente habla siempre de etapas, y siempre en sentido de crecimiento y mejora, o decrecimiento y retraso. Casi nunca aceptan la singularidad de los momentos que buscan sintetizar en bloques (los cuales asocian con la edad, costumbres, reglas sociales y demas factores biológicos y culturales que aunque nos condicionan, no nos definen o determinan enteramente). Decimos "nunca había sentido esto", "no pensé que tal cosa era posible", y seguimos maravillándonos de nuestra humana capacidad como lo hicimos desde niños y como, creo, lo haremos hasta acabárnosla (o que ella nos acabe a nosotros).

La gente trata a los niños como idiotas porque son "nuevos" en esto de la experiencia humana, pero no por serlo su capacidad -no sólo intelectual sino humana en general- es menor o está "obstruida" por su "ignorancia"; lo que pasa es que es diferente. Su disposición para experimentar, por ejemplo, no está "obstruida" por creencias como las que tienen los adultos acerca de lo que toca en cada edad, o lo que está o no"bien visto", por prejuicios y demás cantaletas que, de tanta repetición, se llegan a aprender. Y así también resulta que los condicionan con permisos y cuentos acerca del "papel que les toca", hablándoles de lo que pueden o no hacer, decir y pensar.

Cuando preguntan, los callan; cuando se impresionan los subestiman; cuando piden, se les condiciona. Total que "saben" de lo que son capaces según el permiso que les hayan dado de enterarse; y cuidadito con la independencia o darles libertad, porque se pueden lastimar o, peor aún, darse cuenta de que no quieren estar ahí con sus dueños, digo, papás (si amaran a sus hijos de ser humano a ser humanito, no sacrificarían lo que éstos pudieran llegar a ser al conocer su capacidad, con o sin ellos).

Crecemos así y luego nos preguntamos porqué resulta tan impresionante cada "primera vez".. Y no conformes, comparamos "unas veces" con otras atribuyéndoles expectativas y valoraciones que muchas veces responden más a comparaciones (con otras experiencias nuestras o las de otros) o prejuicios que, a fin de cuentas, hacen todo menos dejarnos ver qué tiene de singular cada situación.

*

Y es que yo me pregunto ¿Porqué nada había dolido tanto?, ¿Cómo se supone que iba a lidiar con esto?, ¿Si tuviera más experiencia o fuera mayor sabría qué hacer?, y creo que tanto temor se debe a que, como siempre, no estaba preparada para algo singular y desconocidamente nuevo. Ni yo ni todo lo que implica esta situacion (personas, decisiones, accidentes) nos hallamos aquí y así antes, ¡claro que me iba a tomar por sorpresa! Y, creo, no soy la única condenada a sorprenderme.. Gracias a Dios no lo sé todo, porque así desconozco lo que puede ser, lo que los demás y lo que yo misma puedo ser, sentir, pensar, hacer.

No sé porqué (disfraz para no decir que sí sé) siempre que veo "Gossip girl" algo sucede con mi llanto (si está presente, para, y si no, empieza). Viéndolo entendí que no tengo ni idea de lo dolorosas o dichosas que podrían ser las cosas, y empecé a pensar en todo esto. Este no es "sólo el comienzo", es uno de tantos, y así mudaremos de forma y piel cada que las fuerzas de la vida puedan ponernos -y ponerse- un espejo enfrente, de modo, no que conozcamos (como si fuéramos ajenos) sino que reconozcamos, como bebés sonriéndole a su madre. Soy una idiota por dejar que el miedo me sobrepase porque la verdad es que viviré con él toda mi vida, y quizá -asumiendo la incertidumbre que provoca lo nuevo- deje de ser miedo para convertirse en pura curiosidad, a ver si así me respondo mejor que "los adultos"...

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Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores, es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada
- Sor Juana Inés de la Cruz -