15/1/12

♥ Los comienzos, los cambios, la nuevas oportunidades...


Hay pocos cambios que recibimos tan de buena gana como el año nuevo. La mayoría de las veces el cambio, la diferencia y la transformación nos asustan por que nos encanta atarnos a lo conocido (lo “probado”, lo seguro) pues eso, creemos, nos garantiza bienestar. Pero estamos aquí, tan vivos como un muerto podría desear ¿para eso, para estar bien?

Nos encanta contar nuestra vida y obra -tan dichosa o dramática como esta pueda ser- a partir de las medidas que nos enseñaron nuestros benditos libros y mamá modernidad. Pero tal vez, y sólo tal vez, pudiéramos medir nuestra vida a partir de nosotros mismos, en lugar de tomar medidas ajenas que, si bien hablan de una medida universal (la de dominio público), no nos garantizan que lo que dicen nuestras fuentes tenga que ver con nosotros sólo porque los demás consideran pertinente que toodos se basen en esas medidas, más que nada por cuestiones de practicidad [la vida es cambiante, y si tanto le interesara al hombre ser fiel a la verdad, primero tendría q reconocer q es absurdo tratar de capturar las cosas en conceptos y definiciones (se aboga por la tranquilidad de un hombre q vive en terreno inestable y cambiante, y no tanto por un verdadero interés por la verdad)].

Con eso voy a que me importa un cacahuate lo que dicen los libros, los medios y lo que se dice comúnmente, porque no es mi intención escribir esto a “la bola” sino a personas únicas cuya experiencia vital tan única e irrepetible no es aprensible en medidas universales ni en opiniones populares, pues aunque seamos parte del género humano somos más que sustancias, ciclos naturales y reglas convencionales que, aunque nos han afectado en ciertos puntos, no nos definen del todo, pues desde que tomamos decisiones (tomar y dejar cosas), renunciamos o nos apropiamos de lo que nos ofrece el mundo de tan incontables maneras que resulta una tontería (o una alarmante falta de carácter) aceptar que nos digan que somos parte de “la bola”.

“La bola” es esa que se mide a partir de medidas que le son ajenas porque no es capaz de reconocerse con el potencial que guarda cada “miembro” de ella. Es esa que teme al cambio, al movimiento natural que tiene la vida, a la transición, a la creación, a la generación que no busca un progreso que vayan ustedes a saber a dónde, según esto, se dirige. La multiplicidad (en los hombres), según yo, radica en la decisión, en hacer uso de las armas que nos entrega la vida para preguntar y responder a los intereses de la naturaleza (humana) que nos atraviesa. Pero hay incontables contextos, experiencias y combinaciones de estos, por lo que, reitero, somos demasiado únicos como para ubicarnos como masa o “bola” y aceptar, con ello, que nos hablen de "nosotros" con un idioma ajeno.

Cambiemos las medidas cuantitativas por medidas cualitativas, pero no me malinterpreten, me refiero a construir esas medidas de la misma forma que nos hemos constituido a nosotros mismos: reconociendo que, como parte de un mundo mediado por las reglas hechas para “la bola”, hemos tomado y renunciado a muchas de ellas porque finalmente eso es parte de lo que se nos ofrece en el medio en el que nos tocó vivir. Aceptemos lo que es y lo que somos para que cuando tratemos de entender nuestras vidas y a nosotros mismos, lo hagamos a partir de los cambios inmiscuidos en ambos aspectos, sin dejar que sean otros los que cuenten la historia de nuestra vida porque, si podemos contarla con nuestro idioma y "medida del cambio", porqué xingaos vamos a preferir uno ajeno?.

Todo este choro va para que, aunque se esté celebrando el año que empieza, encuentren en cada cambio de su muy única vida, pretexto para celebrarla. Ya esté cargada de dicha o de desdicha, esos signos vitales dan cuenta de que estamos aquí, en este tiempo y espacio que es nuestro desde que lo reconocemos como tal, con sus tonalidades y demás detalles que no hacen más que tratar de recordarnos que las posibilidades que guarda cada fragmento de vida -por no usar palabras como "minutos", etc. que, como la vida nos ha demostrado, difieren tanto los unos de los otros que su valía debería medirse, no cuantitativamente sino cualitativamente ;)- son nuestras si somos capaces de verlas y asumirlas como lo que son, promesas, caminos desconocidos, novedades, oportunidades.

Debería asustarnos vivir? No creo, y si acaso nos va mal, que venga más de eso, porque sin signos vitales de qué sirve llamar “vida” a una muerte disfrazada de permanecer? Creo que el piso -tan estable como limitado- no promete tanto como el cielo -tan prometedor como posible-, y no creo que, por parecernos desconocido, debamos renunciar a él.

No les deseo dicha y prosperidad, sino signos vitales, cualquiera que estos sean (risas, lágrimas, etc.). En mi no está hablar de las condiciones o elementos que les son externos, pues tengo tanto control sobre eso, como ustedes, así que no espero algo de ello (de las vueltas de su vida) sino de ustedes. Espero que, como sea que vengan las circunstancias que les toquen, respondan con todo lo que son, con los tanates u ovarios -según sea el caso jaja- que amerita la vida. Aún así, si el destino tiene oídos para mis deseos, me gustaría que la balanza fuera más hacia el lado bonito que al feo.

Muchas gracias por prestarme sus ojos unos minutos, espero haya valido la pena n_n.

8 comentarios:

Brenda Velásquez dijo...

Me encanta tu blog y la fomra como te expresas y escribes desde hoy tu seguidora :) te sigo sigueme en http://www.princesailusa.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Hermoso tu blog, me encantó. Ya te sigo, te dejo mi blog, pasate www.moorablog.blogspot.com ojalá te guste! un besoo!

Carla Carter dijo...

a ship in harbor is safe but that's not why ships are built...me ha llegado jajajaj...buenisimo post te felicito!

http://seemebloggingnow.blogspot.com/

ensalada Rusa dijo...

con la fotito de la frase del bote, sintetizas todo el texto. Comparto esa perspectiva de querer celebrar la vida en cada detalle (:
feliz año!

Anónimo dijo...

Sentir dolor es estar vivo. Siempre me tocó esa frase y creo que puede resumir parte del texto.
Me gustan tus reflexiones, te sigo linda!

Anónimo dijo...

Me gusta mucho tu manera de expresaar y como piensas, estoy entre tus seguidores, besitos ♥

http://ohprettychic.blogspot.com/

Juli Photo Diary dijo...

LOvely!

www.juliphotodiary.com

Verónica dijo...

Todos los cambios son necesarios y de ellos aprendemos a saber esperar y a desear...

besos

Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores, es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada
- Sor Juana Inés de la Cruz -