“it was almost like a song, but it's much too sad to write”

[“Me has visto vestida de colores, bailando en las calles como si estuviera en soledad. Pero al acompañarme no me has visto acompañada de tu ausencia, no has conocido a la que soy sin ti. Y todo lo que mencionas cuando dices que me quieres, todo lo que -a tus ojos- tengo de especial, se lo dedico a tu mirada, pues eres tú su causa. Y así, cuando te vas, todo lo que dices que te gusta de mí se va contigo. / No seas injusto, no me digas adiós llevándome contigo, dejando abandonada una piel carente de sentido, abandonando un cuerpo que extraña los colores de los que se viste cuando me dices que soy bonita, cuando la misma mirada que ama ver al mundo arder refleja en los míos el sentido de mi vida.”]


[“Verte con ellas me habla de lo que no soy, de lo doloroso que resulta ser quien soy (la que no puede estar contigo), de lo doloroso que resulta preferir renunciar a mi, que renunciar a ti / Y dejo de sentirme especial. De pronto soy una de tantas. Indistinta. Me pierdo. Me convierto en nada porque nadie me ve con tu mirada, y la mía no quiere dedicarse a una que no sea la tuya. Desde hace tiempo dejé de pretender ser más que un tono sepia, de esperar algo más que daltonismo. Pero el tuyo es diferente, el tuyo me inspira a vestirme de colores, a ser más de lo que soy, a ser susceptible de interpretación, a aparecer / Así es como desaparezco. Así es como me enfrento a lo que he intentado evadir. Así desenmascaro a la ambición que, sigilosa, se ha envuelto y confundido entre lo mucho que te amo. Así me descubro deseando que amarte implique estar contigo. Es así como me encuentro débil, como si tu mirada -una vez más- develara la crudeza implicada en la belleza; como si esta vez lo que ardiera fuera yo / La vida me fue concedida cuando me fueron dadas las condiciones para quererte -dije-, y si mi cuerpo ha sido capaz de contener lo que siento, lo que sobrevive a cada suspiro dedicado a los recuerdos de nosotros (mi compañía predilecta cuando soy sólo yo), nada tengo que reclamar a la vida o a ti. Lo único a lo que podría reclamarle es a lo que he hecho de mí, pero si la boca a la que besaste es la que me pronuncia hoy, no hay palabra que me atreva a enfrentar si no es para pedirle que sea tan firme como mi pulso, como el espíritu que ha descubierto mi cuerpo (así, tan suyo como ajeno) / Siempre he vivido con mi incompletud, no es ella lo que resulta doloroso, sino haber sentido completud alguna vez, haberla hallado en la mirada más ambiciosa y ajena de la que he tenido noticia, en la mirada más cálida y sincera a la que pude haber encontrado viéndome tan lejana como indistintamente. Y así, por un instante, tu daltonismo apareció como cualquier otro.”]


[“Miénteme, si a partir de ello obtienes tu respiración. Sobrevive. Caminemos juntos mientras planeas tu huída. Quiéreme y no lo digas; ven y vete; habla y calla; bésame y empújame; resucítame para matarme, pero sobrevive, que en tu supervivencia ya veré yo la manera de ganarme la mía. / No permitas que mis ojos convenzan a mi mirada de que se deje cegar por los colores de los que te vistes cuando escribes, cuando hablas, cuando caminas, cuando cantas; cuando tus brazos representan al mundo que quiero pisar, en el que quiero vivir, al que quiero querer. / Si no quieres enseñarme a volar, llévate las alas que me son ofrecidas contigo. Pero no te preocupes, teniéndote de la mano parece que en el cielo también se puede caminar./ Si estando allí quieres irte o regresar, hazlo, a mí me toca aferrarme a mis pies, y conozco el camino para regresar. Vete, tú sabes tu propio camino. Vete y no te preocupes, que no marcaré tus pasos ni te atribuiré los míos”]

Ojalá hubieras muerto para no verte decidir vivir prescindiendo de nosotros; ojalá no te hubiera amado tanto cuando decidiste dedicarte a los nosotros que constituiste por ahí. Pero ¿cómo podría desearte la muerte? y ¿cómo podría lamentar haberte amado tanto? Lo que desearía realmente es haber muerto antes de ver-nos morir, y saber lidiar con la insuficiencia de nuestro amarnos. No puedo vernos -como tú- como un error; me parece que el equívoco está en mi incapacidad para pensarnos sin lamentarme porque sólo pudo ser lo que fue, porque sólo pudimos amarnos así.. ¿Es eso lo único que pudo haber sido? Qué importa, no es otra la vida que vivo. Qué doloroso es pensar en la que tengo, pero qué doloroso sería vivir otra, anhelando una que respire la que tuvimos…
[“No quiero despertar. ¿Para qué? Lo único de lo que estoy segura es de tu ausencia, mi muy presente falta de sentido. Sólo se trata de un día más de una vida que, al renunciar a ti, renunció a tal nombre. Que no me digan que respirar me da derecho a llamar "vida" a este dejo de desilusión. Que no se atrevan a interrumpir mis sollozos para adjudicarles el nombre de respiración. Que me dejen dormir para no seguirme burlando de una muerte a la que cariñosamente apodo "vida". Quiero soñar que tiene sentido seguir soñando, y que me digan que mi despertar, aunque sea sólo en sueños, va a ser a tu lado…”]

Quién diría que debajo de tantas escamas se hallaría un tejido tan oscuro / Sigo viva, vistiéndome de colores, reinterpretando el luto con el que nací / Nací vestida de la piel que amaste ¿es, la que invento, la peor? No, es la “mía” / La otra, de luto, es de Dios / Que estemos vivos mata mi vida, ¿tengo que vivir viéndonos muertos?… / Me estoy acostumbrando a respirar jadeando… estoy cansada de que mis signos vitales sean expresiones de cansancio / La vida siempre ha puesto las condiciones, el cansancio es una de ellas/ Si me canso de ella es porque estoy viva…/
Esperas que llore… si no lo quisieras me hubieras hecho más fuerte / Si -sabiéndome débil- no querías que llorara, no hubieras encarnado mi impotencia / Si -sabiéndome débil- no querías que llorara e ibas a encarnar mi impotencia, no me la hubieras presentado.../ Perdona si mi vida es llorar en la Tuya / No creo que te hayas equivocado, la que se equivoca soy yo / Nunca pedí tener la razón, ahora lo hago / No me des más explicación.
Qué fortuna que el azul se haya apropiado de su nombre cuando, fallidamente, quisimos nombrarlo…/ ¿quién podría aguantar las ganas de participar del cielo?, el mar no soportó saberse descrito sin que éste estuviera implicado en él, ¿será que sólo reflejando su color puede encontrarse con él?, ¿ese encuentro suyo será el único posible?, ¿será esa su manera de tocarse?. Quizá sea la manera con la que el mar le habla al cielo de la necesidad que tiene de él…/ Podría arrasar con todo pero, haciéndose de mil colores hablaría más de todo, que de sí mismo… como las nubes, esas perversas multiformes cuya inaccesibilidad nos enamora… / ¿Porqué ha decidido hablar del cielo para hacerse referencia?, ¿esa necesidad puede ser entendida como amor? Sí, puede ser, pero esas no son más que analogías respecto a una humanidad delineada por sus propios(?) límites; no lograré entender o decir… bendito lenguaje, me recuerda que no puedo tanto, que los alcances de mi voz y mirada son tan insignificantes como lo que siento… / ¿Será cierto lo que dicen los ojos que no han sorprendido al mar y al cielo besándose? Anhelo que el fin del mundo sea testigo de ello…/ Y, sin embargo, pensé que era azul…/
[“No sé si la que habla aquí es una niñita ilusionada que se cambió de casa a una nube, o una vieja loca que acepta lo que siente y se aferra de sus ovarios para decir "sea nube o no, los recuerdos del camino hacia ella van a amortiguar cualquier golpe, así que, ya sea de subida o de bajada, el viaje es prometedor". A fin de cuentas, creo que las dos se manifiestan para beneficio de mi supervivencia…”]
La enamorada y la valiente… no lograron ponerse de acuerdo.
Recuerdos amortiguando el golpe.. Dichosa esa que tuvo los ovarios para creerlo y escribirlo...
2 comentarios:
Te amo, te extraño, leerte me hace sentir mejor... como siempre...
Haberte leído en este día especialmente me ha hecho sollozar, pero me ha aliviado bastante... Gracias, a ti y a todas las condiciones que te mantienen con vida por dar señales de humo, sabiendo que mi mirada estará puesta en cualquier rayo de luz que desprendas o en cualquier capullo que se abra cuando tu abras los labios para cantar. Te amo, mujer del mar, y cuando lo digo estoy también amando a las demás criaturas, a las demás cosas: mi amor por el mundo se resume en mi amor por ti...
Quiero vivir, vivir para mirarme y mirarte renaciendo... Vivamos mujer, que tu nombre al pronunciarlo me ha dado las suficientes fuerzas para seguir.
Publicar un comentario