7/7/13

♥ "It's not about the $$$"


Viendo la tele me encontré un programa en el que enseñan a niñas consentidas a conscientizar sus gastos y cambiar de actitud respecto al dinero, ellas mismas, y los demás. En un capítulo una chica le pedía a su novio un anillo de compromiso carísimo, así que la conductora le dejaba como tarea cargar las monedas que equivalían al precio del anillo para que sintiera el peso que él sentía sobre sus hombros al trabajar para comprárselo (costaba un año de su salario o algo así).

Creo que la constante en el programa es que las chicas en cuestión tienen una vida que no corresponde a la que podrían tener si fueran realistas, y no me refiero sólo a sus ingresos económicos, sino a la idea que tienen de su capacidad y a lo que los demás son capaces de hacer tanto por ellas, como por ellos mismos. Se creen muy listas porque manipulan a otros, porque siempre hay alguien que hace lo que ellas se dan el lujo de dejar de hacer, porque siempre que extienden la mano hay quién les pone la solución... Pero todo se compensa al final, cuando se dan cuenta de que estaban actuando como idiotas, pues no hacían más que retardar su enfrentamiento con la necesidad. 

No hay forma en el mundo de que yo sepa lo que es vivir así, sin estar al tanto del valor de una comida o de lo más básico para sobrevivir; si acaso sería algo así como el Benjamin Button de las niñas consentidas (como diría alguien por ahí respecto a otra cosa) porque cuando no tuvimos para comer hice uso de mis manitas y cabeza para convertirme en una vendedora bastante joven ja. Es simple, ¿tienes cabeza y manos?, úsalas (si mi hermana y yo lo pensamos a los 11 y 8 años respectivamente, no veo porqué le podría resultar difícil a alguien mayor). 

Puede resultar injusto cualquier juicio que haga al respecto precisamente porque crecí de frente a la necesidad, pero quizá esa experiencia pueda ofrecer una perspectiva singular, así que no creo que esté de más escribir de eso. Y no, no sufrí ni nada por el estilo, sólo me trauma -y caga- ver chicas metiendo Desmedidamente (ahí está el detalle) la vida de sus papás en los bolsillos de aquellos que al parecer no le tienen ningún respeto a la vida humana (en cajas registradoras, pues).*

Cuando nuestros papás nos dieron a luz se supone que asumieron la responsabilidad de enseñarnos qué cosa es esto de ser humanos -son nuestra fuente de primera mano, aunque quizá no nos guste. Algunos querían un trofeo; otros compañía; otros un humanito a domesticar a su imagen y semejanza; otros una reafirmación del amor que decían tenerse el uno al otro; otros un pase dentro del club de la gente normal que se casa, tiene hijos y hace feliz a la familia. 

En fin, sus razones para “tenernos” pueden ser muchas y probablemente no nos gusten pero desde que son las primeras personas que conocemos (y que, por ello, nos determinarán en mayor medida) y con las que estamos “condenados” a convivir más (aunque sea por mero compromiso), creo que nos vendría bien cuestionarlas (por el sólo hecho de que determinan la idea que tienen de nosotros, lo cual -a su vez- determina su forma de actuar respecto a nosotros, lo cual, así como puede ayudarnos, puede darnos en la madre).

Muchas veces interpretamos mal lo que hacen o ellos interpretan mal lo que hacemos, y la cosa es que nadie se toma la molestia de hablar. Tenemos que vivir con ellos y no hablamos ¬¬… Si acaso señalamos, culpamos, castigamos, maldecimos y nos preguntamos qué hemos hecho para merecer eso (todos son unas reinas del drama, a mi nadie me engaña ja), pero no somos capaces de preguntar qué sucede en su cabeza, a lo mejor ya ni como hijos sino como personas conviviendo con otras.. distintas, viviendo obligadamente.

En la escuela, si alguien no te cae bien, sales con otros; y si un amigo “te falla” lo mandas al diablo. En el trabajo todos sufren porque difícilmente se llevan bien con sus compañeros, y si sucede que necesitan trabajar en un proyecto juntos se dan el avión o encarnan una lucha de egos porque su sustento económico está en juego. ¿Me van a decir que si hay dinero en juego sí se toman la molestia de tolerar a una persona lo suficientemente distinta como para que no la entendamos y, por tanto, no queramos estar con ella?

Estamos enseñados a creernos los reyes del mundo, y cuidado y haya algo que lo ponga en cuestión porque nos quejaremos como si el vaso no estuviera medio lleno. Si nuestra familia fue lo suficientemente débil como para que creyéramos que la vida se trata de estirar la mano, es cosa suya, pero debería de ser cosa nuestra preguntarnos si eso nos va a servir más que ver qué somos capaces de hacer cuando le bajamos dos rayitas a nuestro ego y salimos a ver si podemos “aliarnos” con los demás para “hacer juntos“.

Mi idea no es que nos tomemos de las manos y digamos “a huevo, me indigna tu forma de ser pero como hay que ser buena onda, te acompañaré y alentaré para que sigas con tus desmadres”; tampoco se trata de hablar de tolerancia como si se tratara de “aguantar” formas de ser distintas. Hablo de que nos acostumbremos a que la experiencia personal de la gente es muy variada como para que podamos hacer un juicio justo de cada persona que conocemos. Hay personas que son una mierda (perdón, joder a otros me parece un mal uso del potencial humano), no creo que “aliarnos” con ellas sea lo más brillante, pero no sabremos que lo son si no nos detenemos a tratar de conocerlas (ahora que si no les gustan los madrazos pueden quedarse en su casa haciendo como que no viven en comunidad… las bibliotecas siempre han sido una opción también..).

No sé si uno deba ver en peligro su techo y comida para agradecerlos, pero espero que lo hagan aquellos que los tienen porque -contrario a lo que muchos podrían pensar- no hay quién se los “merezca“… creo que aquí nadie se merece nada; uno invierte y obtiene…Así que si lo tienen sin haber invertido más esfuerzo que el de venir al mundo, alguien más lo está haciendo por ustedes… Cuando un mesero les sirve de comer lo hace por un salario pero no deja de ser una inversión de su tiempo y atención dedicada a ustedes. Entre todas las cosas que podría estar haciendo y todos los lugares en los que podría estar, está allí sirviéndoles de comer. Si creen que el dinero que le pagan efectivamente equivale a “su trabajo”, no entenderán lo siguiente, pero si sí, no les costará pensar en la posibilidad de que lo poco o mucho que han hecho sus papás por ustedes ha sido una inversión de su vida. No les pedimos nacer, ni que sacrificaran todo eso que muchas veces piensan mientras “se lo cobran”, pero no dejan de ser medios para que hagamos lo que sea que queramos hacer de Nuestras vidas.

¿Y qué si lo que odio de mí es una encarnación suya? Ellos pudieron hacer y decir misa (y lo seguirán haciendo), pero es cosa nuestra el cómo respondemos a eso, de qué manera lo hacemos parte de nosotros al integrarlo en las nociones que tenemos de la gente (aunque se trate de un golpe que nos hayan dado, nosotros decidimos si lloramos, nos enojamos o nos reímos). Muchos se convierten en borregos, muchos en antítesis… ¿porqué resulta tan difícil tomar -y renunciar a- lo que nos sirve -y a lo que no?, ¿porqué nos importa ganar o perder frente a no sé quién?, como si nuestra vida se tratara de ellos y no de nosotros. Ellos ya tuvieron (y siguen teniendo aunque se sientan la verga) elementos para convertirse en el cúmulo de experiencias y significaciones que son y dan, creo que es justo que reconozcamos los nuestros.

En fin, no creo que esto de lo que hablo se trate de una cuestión de ingresos sino de consciencia.


* ¿Qué mercancía amerita que la pongamos en equivalencia con el trabajo que implican los billetes en nuestros bolsillos? 
Sin importar si lo “ganamos” nosotros o nuestros papás, creo que es importante tener claro que estamos hablando de vida invertida. 
¿Hay cosas o experiencias que “valgan la pena”? Yo creo que sí; la comida (condición de posibilidad primaria para seguir con vida), el agua, la luz, el gas, el transporte, la ropa (no me refiero a unos jeans de $700 ¬¬ se trata de tener opciones de expresión visual individual -lamamada- lo cual no implica necesariamente gastos desmedidos ni acumulación), el cine… demonios, he gastado en muchas otras cosas de las que espero no arrepentirme :/

1 comentario:

Verónica dijo...

Coincido contigo, es cuestion de ser coherente...

besos

pd. te dejo tu taza de cafe donde siempre...

Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores, es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada
- Sor Juana Inés de la Cruz -