Para qué tirar los dados si mi fe no está en la suerte?...

- El mundo no está en tus libros y mapas. Está allá afuera.

- ¿Puedes prometerme que regresaré?

- No, y si lo haces... no serás el mismo

- Sé que dudaron de mí, que lo han hecho todo el tiempo. Y están en lo correcto, pienso en Bag End. Extraño mis libros, mi mecedora y mi jardín. Ese es el lugar al que pertenezco, es mi hogar. Por eso regresé, porque ustedes no tienen uno, les fue arrebatado. Pero los ayudaré a recuperarlo si puedo.

El Hobbit: Un viaje inesperado

Has hablado bastante y no te agrada

No te gusta mostrar tus vísceras secretas

Y sin embargo vuelves a caer en ello

Protestas y repites la causa que te irrita

Hablas te exhibes te rompes la carne

Y permites la entrada a los ojos intrusos

Quieres cortar las cuerdas que te unen a los otros

Y vuelves a anudarlas

Cojes el aire lo haces tuyo y lo regalas

Conquistas horizontes y los repartes

Haces luz en la sombra y la entregas

Como un paquete de soledades arrepentidas de su propia fuerza

¿Qué entierro es éste en que te entierras

En los pechos extraños?

Te exaltas y te ablandas

Te ablandas y te haces flecha de corazón

Más ciego que cualquier huracán

Hablas y protestas

Y vuelves a hablar y protestar

Te haces árbol y das tus hojas a los vientos

Te haces piedra y das tu dureza a los ríos

Te haces mundo y te disuelves en el mundo

Oh voluntad contraria en todo instante

Favor de tierra y grandes fríos y calores

Todo grano ¡malhaya! lleva signos futuros

Un destino de ola que debe hacer su ruido

Y morir dulcemente

Has hablado bastante y estas triste

Quisieras un país de sueño

Donde las lunas broten de la tierra

Donde los árboles tengan luz propia

Y te saluden con su voz afectuosa que tu espalda tiemble

Donde el agua te haga señas

Y las montañas te llamen a grandes voces

Y luego quisieras confundirte en todo

Y tenderte en un descanso de pájaros extáticos

En un bello país de olvido

Entre ramajes sin viento y sin memoria

Olvidarte de todo y que todo te olvide.

Sino y signo de Vicente Huidobro

Me mato, no necesito que me maten, ni tampoco quiero que mueran conmigo...