15/8/14

"Te quiero mucho"


Un poema de Benedetti en un pie de foto es tan inocente como un “te quiero” que siempre fue “te amo” (por lo menos las veces en que ninguno quiso lastimar al otro hablando en términos de ausencia).

Cuán desesperante es el silencio para algunos, que prefieren arrojar a otros a la mención de su desdicha, en lugar de acompañarlos en su silencio, en su distancia. 

¿Y si necesitaran soledad?, ¿y si necesitaran no decir?, ¿y si prefirieran encerrarse a rasgar sus muros, en lugar de salir a rasguñar a otros? 
No, el silencio, la soledad y la distancia siempre son indiferencia. 

¡Qué egoísmo el de los que no nos dejan ver nubes negras sobre su cabeza! ¿qué no ven que necesitamos sentirnos mejor hablando, viéndolos, compadeciéndolos y tratando de intervenir aunque quizá no se trate de nosotros?

¿Cómo va a importar lo que sientan esos egoístas que no se apiadan de lo que sentimos? Si están bien así, solos, no les importará lo que digan los que los esperan; que respondan o que aguanten.

Cuidé tus sentimientos y no esperé que cuidaras los míos, aunque sí lo deseaba. Los cuido yo, entonces, aunque sea de ti (nunca a pesar de ti, tú sabrás si cuidas los tuyos a expensas de mí)... Cómo no soy tú para decirte “te quiero mucho”... pero soy yo, y prefiero no decir más que esto, antes de dedicarte mi silencio.

1 comentario:

Tachikoma dijo...

creo que tienes razón
la culpa es de uno cuando no enamora
y no de los pretextos
ni del tiempo... miro como te vas adentrando en la niebla
y empiezo a recordarte.
https://www.youtube.com/watch?v=eY-eyZuW_Uk

Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores, es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada
- Sor Juana Inés de la Cruz -