Nos autoproclamamos encarnación del éxito de la existencia. No regimos el orden de las cosas pero lo regulamos, reglamentamos las formas legítimas de existencia; las que estén al margen de nuestros términos no tienen derechos, su naturaleza es la de estar susceptibles a la violencia de nuestra negación y conquista próxima ("el que lo encuentra, se lo queda"... ¿qué les da derecho a vender los bienes territoriales?, por ejemplo, ¿quién se puede autoproclamar dueño de las tierras?).
Basta que el juez tenga noción de una expresión vital que escape a sus lineamientos interpretativos, para acusarla de ilegítima; nada tiene derecho a existir en nuestro mundo sin nuestro permiso. La carcajada del astronauta perdido en un tránsito espacio-temporal resuena con cada espectacular, azota en los rincones donde hay sitio para un anuncio de coca-cola. La inmensidad del cielo y el mar hace eco, simbrando la tierra y diciéndonos que las referencias de las eras son nuestras, pero ellas mismas no. "El que ríe al último, ríe mejor".
Nos entendemos por la palabra, y lo que es poder de comunión se ha entendido más como uno de escisión, de jerarquizacion. Latinos, anglosajones... bendita expresión de racionalidad, nos permite justificar las contradicciones y pasiones que evidenciarían ese afán de dominio que nos tiene hablando de progreso, de avance, de que unas comunidades "alcancen" a otras en el desarrollo humano que proclaman.

Nos queremos dependientes, a expensas de lo que pudimos haber sido -de haber tenido disposición de cambio. Nos queremos a nosotros mismos, aunque nos demos en función de otro, aunque no nos pertenezca la vida; pagar con la vida nuestro derecho a vivir... seguir siendo a pesar de lo otro, de nosotros, de la vida.
Sembrar, hacer nacer, dar a luz... ¿para qué?, ¿a beneficio de quién y con qué derecho? Porque podemos, porque nos dieron vida en este orden de cosas en el que somos y nos hacemos de propiedades. Es histórico, no ontológico, es decir, hay contingencia (libertad), esto no es natural (necesario). A dar a luz, entonces.
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