23/10/14

Ojalá (no) esté equivocada



¿Podría lidiar con verlos?... no creo. Hablamos y nos escribimos mil veces pero nunca acabé de despedirme porque nunca quise hacerlo, sólo quedó explicarnos y tratar de entender el sentido de lo que hicimos.

Le escribí: "¿Qué pudimos ser?, lo que fuimos. Aquí no hay dudas, no dejamos ir la posibilidad de saber lo que pudimos ser juntos.[...] Nos amamos como fuimos desde que nos conocimos, la última vez que nos vimos, y en este momento en el que de ninguna manera te he dejado de amar. No te amé por estar juntos sino por tener noticia de que eres como eres -por la forma; el contenido siempre cambió. Has nacido bellamente cada vez, y eso me basta para amarte. [...] Me despido, pues, de la posibilidad de estar juntos; no la necesitamos. No me pienso a tu lado, ni a ti conmigo; me basta con amarnos. Lo único que espero es que hagamos de nuestras vidas algo que le haga justicia a los rostros que hemos sido, somos y seamos. La primera mirada que nos encontró... oír tu voz por primera vez, vestida de ti (de tus abreviaciones de guillotinas para cocainómanos y bisontes)... verte sonriendo esa primera vez... me van a faltar vidas para agradecer y amar la posibilidad de haberlo vivido y recordarlo."

Sé que cada día que renuncia a nosotros es un acto de amor y de temor a nuestras expectativas, a las suyas y a las que supone mías. Muchas veces insistí en que un día sabríamos por qué no fuimos más, y resulta que yo ya lo sentí; ojalá él lo reconozca en su vida, en sus términos. Le deseo todo lo lindo que me es posible, así como él me lo deseó cada vez que me amó... amarnos es lo mejor que podemos hacer ante el hecho de habernos conocido, y no como ofrenda o souvenir, sino como constitutivo. Ojalá la vida lo siga inspirando y él siga inspirándola a ella como fuerza avasalladora, así como a los tengan la fortuna de saberlo posible. Que lo amen tanto o más de lo que él es capaz de amar, que lo enamoren, que le cuenten secretos de la vida que inspiren su voz a decir, hacer y ser... ante todo, que sea.

¿Llegaré a desearle algo así a X? No sé, no puedo pensarlo así a pesar de que él hacía comparaciones... no entendió que siempre le dedicaré amor a Y pero mi vida no está dedicada a él; cualquiera que compare el amor va a sufrir por los engaños de hacer esa injusticia.
Quizá no me alcanza la cabeza para pensar en ello porque estoy molesta; se metió en su oscuridad y me dejó sola aquí afuera. Esta vez lo que deslizó por debajo de la puerta fueron libros, aunque no olvidó incluir unas cuántas notas: "la culpa es de uno por no enamorar"... ¿cómo es que puede negar amor y yo, la "no-enamorada", no puedo? No nos pudimos acompañar en ese dolor, pero eso no era necesario. Espero que, si de verdad lo cree, eso le ayude a desprenderse de nosotros como yo no puedo por creer que nos amábamos; "la culpa es de una por paranoica", supongo.

Ojalá su versión de los hechos le ayude a dormir tranquilo para que pasen los días y su cuerpo le diga pronto que podemos volver a vernos, que no nos equivocamos al amarnos porque nos enamoramos de lo que somos y nos hubiéramos perdido de saber qué hubiera pasado si nos atrevíamos a ser juntos. ¿Hubiéramos podido ser amigos?, no creo. Pude haber estado con él toda la vida, teníamos que averiguar si éramos para nosotros; pero no. Él lo supo como yo pero creo que no le hubiera importado estar juntos de todos modos. Yo no podía vernos así, tratando sin conseguir encajar; nunca me arrepentiré de haber sido honesta con ambos.

En el caso de Z ya sé lo que es encontrarnos. No puedo verlo sin que implique tristeza; me ve con resentimiento y yo lo veo como quien se encuentra con una pared: inaccesible, como el posible camino que se cerró. "Los hechos son hechos y las palabras se las lleva el viento"... Supe relativamente pronto que los cabos sueltos no dependen de mí y que las palabras ajenas pueden ser subestimadas por la necesidad de sostener las ficciones personales.


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Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores, es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada
- Sor Juana Inés de la Cruz -