8/11/14

"La única ley es la ley del cambio"


Tanto sabes, tanto vales; eres en tanto sabes. ¿Cómo podrán reconocerte si no lo haces público? Si sabes menos, no importas; si sabes "de más" podrías desconocer el orden actual de las cosas y representar un peligro a su supervivencia, el cual no estarán dispuestos a correr. Más vale reconocer límites.

¿El conocimiento puesto al servicio de qué o, mejor dicho, de quiénes? ¿Qué es válido según qué o, mejor dicho, quiénes? ¿La verdad ha sido "descubierta"? Con qué seguridad afirman las razones que regulan las decisiones que determinan las vidas...

La vida humana afirmada sobre todo lo demás, a pesar -o a expensas- de todo lo demás. ¿Deberíamos responsabilizarnos todos como género humano?, ¿quién responderá por las consecuencias de lo que se ha hecho? ¿Jugaremos a los todo-poderosos a abortar los engendros consecuentes a la experiencia vital humana?

La tecnología y su "desarrollo" -yo me limitaría a decir "dirección"- ¿podrá con la imposibilidad de la evasión? Juegos de poder que desembocan irremediablemente en la muerte; ¿de qué y de quién o, mejor dicho, de quiénes?

Qué lástima que no podemos hacer nada, que somos enajenados irresponsables y no agentes, existentes que operan en el juego de la vida (cualquiera que éste sea). Me gustaría creer en la necesidad, en que este camino es el único posible; pero creo en la contingencia, mi fe se guarda para las posibilidades y ella es quizá lo único que reconozco necesario.



1 comentario:

Miss Congeniality (Temporary Insanity) ღ dijo...

Escribes demasiado hermoso
No puedo decirte más porque es la verdad

Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores, es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores, triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado, es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada
- Sor Juana Inés de la Cruz -